Como siempre la hinchada de Villa Mitre siguiendo al tricolor juege donde juege,este en la categoria que este.
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Se renueva la esperanza
Villa Mitre arranca otro desafío.
Claro. No será en la Primera "B" Nacional, una categoría que demanda estructuras grandes y cierto poderío económico, situaciones que, habrá que reconocer, superaron la realidad tricolor.
Pero, de nuevo, la "Villa" será parte del Argentino "A", un certamen ideal para clubes con hambre e ilusiones de proyectarse en el mapa futbolero nacional.
La barriada no debería perder de vista que el club será protagonista nada menos que del tercer escalón de los certámenes de AFA, donde seguirá tuteándose con entidades de muchísimo prestigio. E historia.
Y sí, quizás debería omitir que, en tardes milagrosas, una vez goleó a Huracán de Parque Patricios o le ganó a los grandes de Córdoba.
Y que, además, por más de una década le peleó a brazo partido el protagonismo a Olimpo.
Justamente, no mirar más de reojo al vecino de Primera sería una buena manera de afrontar lo que viene con la autoestima bien alta y el sueño de intentar el regreso a una vida superior.
La dupla Víctor Zwenger-Alejandro Hidalgo conoce al dedillo esto de vibrar, sufrir, ganar y perder con la casaca de Villa Mitre.
Cada uno piensa en el hoy, pero también más allá de armar un equipo confiable para este nuevo proceso.
Le apuntan a la base, a la formación de jugadores, a que las inferiores recuperen el tiempo perdido a partir de mejores condiciones de infraestructura para que surjan otros como Lucas López o Diego Trotta.
La dirigencia, que se esfuerza y mucho por los colores, parece haber aprendido de una buena vez la lección.
Un club de barrio no puede darse el lujo de malgastar su escaso presupuesto en técnicos foráneos, caros y con escaso currículum.
Villa Mitre continúa siendo, para orgullo de su gente, un club de barrio.
Nada mejor, entonces, que apostar a sus hijos dilectos.
Tal vez allí radique la vuelta a los primeros planos.
Villa Mitre
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